Por Javier Loaiza*
Por más sesgada que sea la opinión de algunos, es imposible negar la crisis que está viviendo Venezuela. No es sólo una crisis política, económica y social, trascendió al terreno de lo humano, desde cuando Chávez estimuló un espíritu confrontacional que generó discusiones y divisiones profundas al interior de las familias, que se separaron unas a favor y otras en contra de la llamada Revolución Bolivariana.